sábado, 17 de diciembre de 2011

“Las zonas marginales son en realidad el centro”


Durante el verano, el Banco de los Alimentos de Barcelona cierra durante 15 días. Es un buen momento para leer y cambiar  de lecturas. A menudo, encuentras joyas que hay que enseñar a los amigos. Henning Mankel es uno de los escritores que me ha abierto nuevos horizontes (escandinavos). Este verano he vuelto a leer ‘Zapatos italianos’, que trata sobre el aislamiento, la solidaridad y sobre todo de la manera de ser de las personas en los fríos paisajes del Norte. 

En principio parece una novela policiaca, pero en realidad es una novela de psicología social, estilo Vazquez Montalban o Camillieri. Mi madre (95 años) también aprovechó para leerlo y de esta manera pudimos comentarlo tranquilamente. Os aconsejo el autor y dejo una muestra de su obra en la que habla precisamente de la marginación.

1.- Muros invisibles

……….. Treinta y tres años son muy pocos años, pero suficientes para saber que hasta ahora nunca ha habido en este país tantas tensiones y tan fuertes, como las que hay hoy en día. Pero parece que nadie las ve, al menos los que tendrían que levantar la mano.

Existe aquí (Suecia) hay un sistema de muros invisibles que no cesa de crecer, que separa a la gente, que hace crecer las distancias. Desde fuera puede parecer lo contrario. Si te sientas en un metro de Estocolmo y vas a los suburbios, veras que.la distancia en kilómetros no es muy larga, pero en realidad es gigantesca. Y decir que se trata de otro mundo es un absurdo. Es el mismo mundo, pero cada estación que te aleja del centro constituye otro muro. Finalmente, cuando alcanzas lo más profundo de la periferia, puedes elegir entre ver la verdad o no verla.

2.- Centro y periferia se intercambian
- ¿Y cual es esta verdad?
- Que lo que creer que es el margen último es, en realidad el centro, que esta recreando Suecia poco a poco Muy despacio, el eje se disloca dentro y fuera, cerca y lejos, centro y periferia cambian de lugar. Mis chicas (de un centro de acogida) se encuentran en tierra de nadie donde no ven ni hacia adelante ni hacia atrás. Nadie las quiere, son superfluas, o desechadas. No es extraño que lo único en que pueden confiar sea la falta de dignidad que les hace muecas cada mañana cuando se levantan. …..….

Mankel Henning:


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