La Universidad de Barcelona y el Banco de Alimentos se han unido para actuar contra el despilfarro de alimentos que afecta a todos los eslabones de la cadena agroalimentaria, desde el campo hasta la mesa de los consumidores. La producción de alimentos que no consumimos conlleva un alto coste en términos ambientales, desde la utilización de energía y recursos naturales y representa un escándalo en tiempos de crisis. El Consejo Europeo y los Estados miembros deben elaborar estrategias y medidas concretas para reducir a la mitad el despilfarro de alimentos a lo largo de toda la cadena alimentaria para mejorar la eficiencia del sector y sensibilizar a la opinión pública.
Es necesario que los ciudadanos
sean informados no sólo de las causas y consecuencias del despilfarro, sino
también de las maneras de reducirlo. Hay que promover una cultura científica y
civil orientada a los principios de sostenibilidad y solidaridad a fin de
estimular mejores comportamientos. La experiencia demuestra que iniciativas
espontáneas de asociaciones, tanto de voluntariado como de profesionales,
encaminadas a difundir y materializar una cultura contraria al derroche, han
tenido un gran éxito en los territorios en los que se han llevado a cabo. Es
por ello que la Comisión Europea ha proclamado el 2014 "Año Europeo contra
el Despilfarro de Alimentos", como un importante instrumento de
información y sensibilización. http://ec.europa.eu/food/food/sustainability/causes_en.htm
Tres objetivos básicos, especialmente en
tiempos de crisis
- -
Prevenir el despilfarro en la cadena alimentaria.
Los alimentos
descartados de la cadena agroalimentaria por razones económicas o estéticas o
por la proximidad de la fecha de consumo siguen siendo perfectamente
comestibles y terminan eliminados como
residuos, con costes económicos y medioambientales.
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Reducir los excedentes alimentarios.
Son aquellos
alimentos frescos o elaborados que no pueden ser distribuidos por falta de demanda,
especialmente estacional tanto de los productos agrícolas cómo en los productos
elaborados (alimentos de verano, de invierno, o de navidad) y son de difícil
previsión. Es la mejor fuente de suministro de los Bancos de Alimentos.
C.-Informar sobre cómo gestionar los alimentos en los hogares y sobre
las fechas de consumo.
Las fechas de consumo establecidas por la legislación vigente representan una prevención sanitaria o de calidad. En varias legislaciones se prohíbe expresamente su distribución una vez pasada la fecha, (incluso de consumo preferente) como es el caso de Cataluña. La fecha de caducidad se asigna a productos elaborados en la que se prevé su ineptitud al consumo, que pueden ser causa de perjuicios a la salud.
La fecha de consumo preferente es aplicada a alimentos elaborados, en los que a partir de una fecha determinada no guardan sus características óptimas de consumo, aunque pueden ser consumidos con la prevención de un manejo adecuado. A nivel europeo se autoriza su distribución, pero en la práctica no se realiza en los supermercados.
El Despilfarro alimentario en Cataluña.
La Agencia de Residuos de Cataluña ha realizado un excelente estudio para dimensionar el despilfarro alimentario, identificar las causas y proponer acciones para mitigarlo.
1. - En Cataluña se despilfarran:
35 kg por habitante y año.
• 262.471 toneladas de
alimentos (7,5 M hab)
• Con un valor de 841 millones de Euros
• Representan el 7% de los
alimentos consumidos.
2. - ¿Quién despilfarra?
• 20,3 kg corresponden a familias.
• 9,2 kg al Comercio
• 5,6 Kg en la restauración.
Nota: No se incluye el
despilfarro en el comercio al por mayor, en la industria agroalimentaria o en
las explotaciones agropecuarias, muy variable según campañas.
3. - Participación en el despilfarro.
Las familias un 58% del total.
El comercio de forma agregada, un 26%.
- Los mercados municipales con un 1%.
- Los supermercados con un 16%
- El pequeño comercio con un 9%.
Restauración y catering 16 %.
- Restauración privada, un 12%
- Demanda institucional: hospitales y residencias, un 4%.
Cerca del 50% de la comida despilfarrada es causa de una gestión y
conservación deficientes en el hogar y el 25% son restos del plato sin
terminar.
Hay que incidir sobre todos los
eslabones del ciclo alimentario, de manera coordinada con cada uno de los
actores y con una combinación de instrumentos educativos, de sensibilización,
técnicos, logísticos, económicos, legislativos y fiscales.
Se debe recuperar el valor de los alimentos y concebir los restos
alimentarios como un recurso.
Estrategias para mejorar la eficiencia de
la Cadena alimentaria.
1. - Reducción de los
excedentes en la producción, transformación, distribución de alimentos y
restauración.
La mejor opción es disponer de
sistemas de control de calidad que disminuyan los residuos de la producción.
Cataluña es el primer clúster agroalimentario de Europa y además en 2012, en
tiempos de crisis, ha incrementado sus exportaciones en un 14,3%.
En el caso de disponer de productos
"consumibles pero no comercializables" la mejor opción es la de
enviarlos a los Bancos de Alimentos. Se trata de recuperar alimentos mediante
acciones de proximidad, y "redes solidarias," reduciendo la huella
ecológica producida por los transportes innecesarios, con el objetivo de
distribuirlos a los ciudadanos que se encuentran por debajo del umbral de la
pobreza.
2. - Reducción del despilfarro
de alimentos en los hogares.
El Mensaje: "Somos aquello
que tiramos" propone un llamamiento a todos los hogares para que
participen personalmente en la lucha contra el despilfarro, fomentando nuevas
actitudes para participar en la lucha contra el despilfarro.
3. - Promover el compostaje de
los desechos.
La generación de una propuesta de
compostaje en el propio hogar, que sólo se puede proponer en un hábitat
disperso, difícilmente en las ciudades
compactas, cómo las mediterráneas, dónde precisamente la generación de CO2 por unidad
de superficie es una de las más altas de Europa.
4. - Fomentar una política de
información y comunicación ahora y
aquí.
En torno a los problemas
medioambientales, centrados en la lucha contra el despilfarro a lo largo de
toda la cadena alimentaria, actuando directamente en los centros de base: facultades
y escuelas, centros cívicos y medios de
comunicación para alertar de la urgencia de la situación y consolidar actitudes
positivas de cambio, especialmente en los hogares. Con una presencia activa en
los medios de comunicación mediante noticias y consejos continuos,
especialmente aquellos relacionados con la compra, la cocina y la despensa.
Informar claramente sobre un problema mayor de falta de formación: fechas de
caducidad y fechas de consumo preferente.
Elaborar "Manuales de buenas
prácticas" para una buena divulgación para cada intervalo de edad y sector
afectado. Responsabilizar a todos los actores de la cadena alimentaria, para
mejorar su gestión y reducir los alimentos no comercializados. Profundizar y
discutir sobre la problemática del despilfarro de alimentos mediante
conferencias técnicas y científicas promocionando un sistema de vida y los
hábitos alimentarios de la "Dieta Mediterránea”.
5. - Denunciar las
consecuencias del despilfarro alimentario en relación al medio ambiente y la
pobreza.
Sensibilizar a la sociedad y
concienciar a la población y a los actores de la cadena alimentaria para
reducir el impacto ambiental de los residuos orgánicos, especialmente del CO2,
que inciden en el cambio climático que les afecta directamente.
6. - Colaborar con las
Administraciones responsables:
Municipios, Área Metropolitana,
Agencia de Residuos de Cataluña, Agencia Catalana de Seguridad Alimentaria,
logrando sinergias para optimizar los resultados. El Parlamento Europeo pide a
los Estados miembros la creación de incentivos económicos, destinados a limitar
el despilfarro de alimentos.
Universidad de Barcelona
Banco de Alimentos
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