viernes, 11 de mayo de 2012

LA COMPRADORA / Bertolt Brecht


LA COMPRADORA 

Soy una anciana.
Al despertarse Alemania
recortaron las pensiones.
Mis hijos me daban dinero de vez en cuando un dinerillo.
Pero yo ya no podía comprar casi nada.
Al principio iba menos a las tiendas donde antes compraba a diario.

Pero un día me lo pensé mejor y volví
a diario a la panadería y a la verdulería
como antigua clienta.

Escogía cuidadosamente entre los comestibles
y no me llevaba ni más ni menos que antes:
añadía los panecillos al pan y los puerros al repollo

 y sólo cuando me hacían la cuenta lanzaba un suspiro
rebuscaba con mis rígidos dedos en el monedero
y confesaba, sacudiendo la cabeza, que no me alcanzaba el dinero

para pagar aquellas pocas cosas y, con nuevos movimientos de cabeza,
salía de la tienda, a la vista de los parroquianos.
Y me decía:

si todos los que no tenemos nada dejamos de aparecer donde se exhibe la comida,
podrían pensar que no necesitamos nada.Pero si venimos y no podemos comprar nada, se sabrá cómo están las cosas.

Bertolt Brecht (1898-1956)
en Poemas del lugar y las circunstancias

Castillos humanos, Bruce Springsteen, y otras reflexiones


Castillos humanos, Bruce Springsteen, y otras reflexiones
No hay nada mejor para sentirse feliz que hacer algo por los demás por pequeño que sea Hace unos meses que soy voluntaria en una Fundación que recoge alimentos para donarlos a quien más los necesita, que por desgracia cada día que pasa son más, y os aseguro que es la mejor terapia para seguir creyendo en un mundo mejor
La “Fundació Banc dels Aliments” a través de campañas durante todo el año, y gracias a las donaciones de alimentos de particulares, industrias, y empresas, distribuye toneladas de alimentos a los más necesitados, la última campaña a gran escala, “El Gran Recapte”, fue todo un éxito de solidaridad y participación ciudadana y de empresas, más de 7.000 voluntarios conseguimos recoger por encima de 1.000 toneladas de alimentos. La más reciente, en colaboración con la Cursa del Corte Ingles, ha tenido una respuesta espectacular
Intentar aliviar la desesperanza de otros te lleva a pensar y a plantearte muchas cosas sobre el mundo en que vivimos, muchas cosas que al final siempre se resumen en la misma pregunta ¿Por qué los mismos siempre quedan impunes y por qué los mismos siempre pagan los platos rotos, aun no teniendo culpa ni con qué pagar? Pero más allá de la indignación, intentar aliviar toda esa desesperanza también te abre los ojos a un mundo lleno de gestos solidarios, estos días muchas manos han traído comida a nuestro stand, y os aseguro que es conmovedor ver como una caja vacía de cartón se va llenando poco a poco de puñados de esperanza
Mi compañero en el stand, Claudi, forma parte de una colla castellera, una tradición catalana de más de 200 años de antigüedad y un mundo apasionante basado en los valores humanos más puros y auténticos de la vida. Los castells son castillos humanos formados de hombres, mujeres y niños, que solo son posibles juntando muchas manos y muchos brazos haciendo una pinya grande y sólida, la pinya es la base del castell, además de los castellers en la pinya a menudo suelen colaborar amigos, familiares, aficionados y espectadores espontáneos, cuanta más pinya más alto y más seguro podrá ser el Castell. Construir una buena pinya es una tarea de equipo titánica, se necesita mucha gente y mucha solidez, hay que tapar el máximo de espacios y repartirse entre todos el peso del castillo, cada piso se sostiene en los hombros de los de abajo.

El lema de un casteller: “Força, Equilibri, Valor i Seny” (Fuerza, Equilibrio, Valor, Cordura), a los que se unen valores como: Esfuerzo, Superación, Trabajo en equipo, Compañerismo, Solidaridad, Confianza total en los compañeros, Hermandad. Ese es el espíritu que mantiene en pie un castell.
¡Cuánto de todo eso nos haría falta para levantar un mundo mejor o por lo menos para que no se derrumbe más lo que queda del nuestro! En estos días de recogida de alimentos me he sentido realmente esperanzada al ver que en estos tiempos tan difíciles, con un futuro tan incierto y unas perspectivas económicas más inciertas todavía, ahí fuera hay muchos brazos solidarios dispuestos a todo y corazones muy muy grandes que me hacen pensar que no hemos perdido en absoluto la batalla, siempre he tenido fe ciega en dos cosas, una de ellas: las personas, y es reconfortante saber que aún quedan valores y personas decididas a mantenerlos en pie
Nuestras vidas están entrelazadas con las vidas de los demás como todas las manos y todos los brazos en la pinya de un castell y de la misma forma que cargar y descargar un castell es una proeza increíble pero no imposible, conseguir un futuro y una vida más justa para todos es la proeza más valiosa que podemos lograr si hacemos piña todos juntos. Por sus valores, recientemente la Unesco ha declarado los castells como Patrimonio Cultural de la Humanidad
Y para terminar una canción de Bruce Springsteen, no solo adoro su música, es mi referente en la vida en cuanto a valores humanos, integridad, y compromiso. En mi opinión las personas y la música son los dos motores que mueven el mundo, una canción puede expresar sentimientos y remover estómagos y conciencias como ninguna otra cosa en el mundo. Bruce Springsteen sabe mucho de todo esto, Bruce lo canta y lo cuenta realmente bien en cada una de sus canciones, letras sobre perdedores, sueños rotos, protagonistas que buscan una vida mejor, políticos ineficaces, indignación, rabia, pero en sus canciones siempre hay un hueco para la esperanza, la fe, y el optimismo, en sus canciones desde el que lo ha perdido todo hasta una ciudad entera se pueden volver a levantar
“Land of Hopes and Dreams” – Bruce Springsteen
Mientras llega ese tren de libertad, sueños y esperanza, os animo desde aquí a que probéis ser voluntarios en algún proyecto solidario, es de las cosas más gratificantes de la vida, es… como la música de Bruce, cuando lo pruebas ya te quedas para siempre. Un saludo para l’amic Claudi !!Y a todos un saludo desde la Cataluña Azul
Montse Gracia