lunes, 11 de marzo de 2013

Campaña de prevención del despilfarro alimentario: "Somos aquello que tiramos".

Actuamos por recomendación del Parlamento Europeo.

La Universidad de Barcelona y el Banco de Alimentos se han unido para actuar contra el despilfarro de alimentos que afecta a todos los eslabones de la cadena agroalimentaria, desde el campo hasta la mesa de los consumidores. La producción de alimentos que no consumimos conlleva un alto coste en términos ambientales, desde la utilización de energía y recursos naturales y representa un escándalo en tiempos de crisis. El Consejo Europeo y los Estados miembros deben elaborar estrategias y medidas concretas para reducir a la mitad el despilfarro de alimentos a lo largo de toda la cadena alimentaria para mejorar la eficiencia del sector y sensibilizar a la opinión pública.

Es necesario que los ciudadanos sean informados no sólo de las causas y consecuencias del despilfarro, sino también de las maneras de reducirlo. Hay que promover una cultura científica y civil orientada a los principios de sostenibilidad y solidaridad a fin de estimular mejores comportamientos. La experiencia demuestra que iniciativas espontáneas de asociaciones, tanto de voluntariado como de profesionales, encaminadas a difundir y materializar una cultura contraria al derroche, han tenido un gran éxito en los territorios en los que se han llevado a cabo. Es por ello que la Comisión Europea ha proclamado el 2014 "Año Europeo contra el Despilfarro de Alimentos", como un importante instrumento de información y sensibilización. http://ec.europa.eu/food/food/sustainability/causes_en.htm
Tres objetivos básicos, especialmente en tiempos de crisis
  1. - Prevenir el despilfarro en la cadena alimentaria.
Los alimentos descartados de la cadena agroalimentaria por razones económicas o estéticas o por la proximidad de la fecha de consumo siguen siendo perfectamente comestibles y   terminan eliminados como residuos, con costes económicos y medioambientales.

  1. - Reducir los excedentes alimentarios.
Son aquellos alimentos frescos o elaborados que no pueden ser distribuidos por falta de demanda, especialmente estacional tanto de los productos agrícolas cómo en los productos elaborados (alimentos de verano, de invierno, o de navidad) y son de difícil previsión. Es la mejor fuente de suministro de los Bancos de Alimentos.

       C.-Informar sobre cómo gestionar los alimentos en los hogares y sobre las fechas de consumo.

Las fechas de consumo establecidas por la legislación vigente representan una prevención sanitaria o de calidad. En varias legislaciones se prohíbe expresamente su distribución una vez pasada la fecha, (incluso de consumo preferente) como es el caso de Cataluña. La fecha de caducidad se asigna a productos elaborados en la que se prevé su ineptitud al consumo, que pueden ser causa de perjuicios a la salud.
 La fecha de consumo preferente es aplicada a alimentos elaborados, en los que a partir de una fecha determinada no guardan sus características óptimas de consumo, aunque pueden ser consumidos con la prevención de un manejo adecuado. A nivel europeo se autoriza su distribución, pero en la práctica no se realiza en los supermercados.

El Despilfarro alimentario en Cataluña.

La Agencia de Residuos de Cataluña ha realizado un excelente estudio para dimensionar el despilfarro alimentario, identificar las causas y proponer acciones para mitigarlo.

1. - En Cataluña se despilfarran: 35 kg por habitante y año.
• 262.471 toneladas de alimentos (7,5 M hab)
• Con un valor de 841 millones de Euros
• Representan el 7% de los alimentos consumidos.

2. - ¿Quién despilfarra?
• 20,3 kg corresponden a familias.
• 9,2 kg al Comercio
• 5,6 Kg en la restauración.
Nota: No se incluye el despilfarro en el comercio al por mayor, en la industria agroalimentaria o en las explotaciones agropecuarias, muy variable según campañas.


3. - Participación en el despilfarro.
Las familias un 58% del total.
El comercio de forma agregada, un 26%.
  • Los mercados municipales con un 1%.
  • Los supermercados con un 16%
  • El pequeño comercio con un 9%.
Restauración y catering 16 %.
  • Restauración privada, un 12%
  • Demanda institucional: hospitales y residencias, un 4%.
Cerca del 50% de la comida despilfarrada es causa de una gestión y conservación deficientes en el hogar y el 25% son restos del plato sin terminar.
Hay que incidir sobre todos los eslabones del ciclo alimentario, de manera coordinada con cada uno de los actores y con una combinación de instrumentos educativos, de sensibilización, técnicos, logísticos, económicos, legislativos y fiscales. 
Se debe recuperar el valor de los alimentos y concebir los restos alimentarios como un recurso.

Estrategias para mejorar la eficiencia de la Cadena alimentaria.

1. - Reducción de los excedentes en la producción, transformación, distribución de alimentos y restauración.
La mejor opción es disponer de sistemas de control de calidad que disminuyan los residuos de la producción. Cataluña es el primer clúster agroalimentario de Europa y además en 2012, en tiempos de crisis, ha incrementado sus exportaciones en un 14,3%.
 En el caso de disponer de productos "consumibles pero no comercializables" la mejor opción es la de enviarlos a los Bancos de Alimentos. Se trata de recuperar alimentos mediante acciones de proximidad, y "redes solidarias," reduciendo la huella ecológica producida por los transportes innecesarios, con el objetivo de distribuirlos a los ciudadanos que se encuentran por debajo del umbral de la pobreza.

2. - Reducción del despilfarro de alimentos en los hogares.
El Mensaje: "Somos aquello que tiramos" propone un llamamiento a todos los hogares para que participen personalmente en la lucha contra el despilfarro, fomentando nuevas actitudes para participar en la lucha contra el despilfarro.

3. - Promover el compostaje de los desechos.
La generación de una propuesta de compostaje en el propio hogar, que sólo se puede proponer en un hábitat disperso,  difícilmente en las ciudades compactas, cómo las mediterráneas, dónde precisamente la generación de CO2 por unidad de superficie es una de las más altas de Europa.

4. - Fomentar una política de información y comunicación ahora y aquí.
En torno a los problemas medioambientales, centrados en la lucha contra el despilfarro a lo largo de toda la cadena alimentaria, actuando directamente en los centros de base: facultades y escuelas,  centros cívicos y medios de comunicación para alertar de la urgencia de la situación y consolidar actitudes positivas de cambio, especialmente en los hogares. Con una presencia activa en los medios de comunicación mediante noticias y consejos continuos, especialmente aquellos relacionados con la compra, la cocina y la despensa. Informar claramente sobre un problema mayor de falta de formación: fechas de caducidad y fechas de consumo preferente.
Elaborar "Manuales de buenas prácticas" para una buena divulgación para cada intervalo de edad y sector afectado. Responsabilizar a todos los actores de la cadena alimentaria, para mejorar su gestión y reducir los alimentos no comercializados. Profundizar y discutir sobre la problemática del despilfarro de alimentos mediante conferencias técnicas y científicas promocionando un sistema de vida y los hábitos alimentarios de la "Dieta Mediterránea”.

5. - Denunciar las consecuencias del despilfarro alimentario en relación al medio ambiente y la pobreza.
Sensibilizar a la sociedad y concienciar a la población y a los actores de la cadena alimentaria para reducir el impacto ambiental de los residuos orgánicos, especialmente del CO2, que inciden en el cambio climático que les afecta directamente.

6. - Colaborar con las Administraciones responsables:
Municipios, Área Metropolitana, Agencia de Residuos de Cataluña, Agencia Catalana de Seguridad Alimentaria, logrando sinergias para optimizar los resultados. El Parlamento Europeo pide a los Estados miembros la creación de incentivos económicos, destinados a limitar el despilfarro de alimentos.

Universidad de Barcelona
Banco de Alimentos

La alimentación en los hogares catalanes en 2010



Una alimentación suficiente y saludable.

El 1992 en la Declaración de Barcelona sobre los derechos Alimentarios del hombre, en la que participó el Banco de los Alimentos se declaró por primera vez que “Todo ser humano debe tener derecho a una alimentación suficiente y saludable".

En Catalunya uno de cada cinco catalanes es pobre, según el Institut de Estadística de Catalunya, de ellos unos 600.000 se encuentran en situación de pobreza extrema con graves dificultades para disponer de una alimentación suficiente, debido a que los gastos fijos, especialmente los de vivienda, superan el 50% de su renta. Hoy los gastos  en alimentación representan solamente un 14% de los gastos  del hogar. Paralelamente un modelo de alimentación mediterránea ha despertado un especial interés en el mundo occidental por su efecto ante las enfermedades derivadas de una alimentación desequilibrada. Desgraciadamente la llamada dieta mediterránea, definida básicamente por un elevado consumo de fruta, verdura, pescado y aceite de oliva se va degradando. El Banco de los Alimentos debe tener en cuenta esa realidad para poder ofrecer alimentos que restituyan a los más necesitados los alimentos que permiten mantener una dieta suficiente y saludable. Para ello vamos a analizar rápidamente la alimentación de los hogares catalanes utilizando la encuesta que realiza el Ministerio de Agricultura, referida al año 2010.

Principales alimentos consumidos. (550 Kg por persona y año).

Sin tener en cuenta las bebidas (alcoholes y gaseosas), el consumo per cápita es de unos 550 Kg por persona y año.



Los dos grupos preponderantes: fruta y hortalizas por un lado y  leche y derivados por otro, ya representan un 53% de los alimentos consumidos. Fruta y hortalizas con un consumo de 188,5 Kg suponen un 35% y el de leche y derivados un 19%. A un segundo nivel le siguen la carne y el pan, y en tercera división llegan los productos pre-elaborados, el aceite, el pescado fresco y los huevos, todo ello complementado por una amplia gama de los demás productos.



Consumo per cápita Kg. 2010
Fruta 
113,3
Aceite
13,1
Hortalizas
75,2
Carne  transf.
12,2
Leche
68,7
Pescado fresco
11,6
Carne
55,8
Huevos  kg
8,0
Derivados lácticos
35,9
Pasta
5,3
Pan
33,1
Arroz
4,2
Platos preparados
15,3
Cons.  pescado
4,2
Fruta  hortal. Transf
14,2
Legumbres
3,8
Vinos
13,3
Azúcar
3,5
Pastelería
13,2
Frutos secos
3,3

El resto de productos situados por debajo de los 5 kg de consumo por persona y año, complementan la paleta con unos 10 colores que permiten una gran variabilidad de las comidas y consumo alimentario, como se puede observar en los estantes de los mercados, supermercados y tiendas de proximidad.

El Banco de los Alimentos ha de tener en cuenta esta realidad para poder combinar la distribución de productos secos, de larga conservación, con productos frescos mucho más exigentes en su mantenimiento con red de frío a lo largo de todos los estadios de la distribución. La cadena solidaria debe complementarse con una cadena de distribución moderna, higiénica y de calidad. Los más necesitados, son los que precisan de mejores tecnologías y mayor seguridad alimentaria debido a la precariedad de sus cocinas.

Coste del consumo de los alimentos: 1.560 € persona y año.
Si no tenemos en cuenta las bebidas (alcoholes y gaseosas) el coste de consumo es de unos 1.560 Euros por persona y año.



Aquí es la carne, con el 28% del gasto, el grupo que se sitúa en primera línea seguida de los dos grupos de más consumo: fruta y hortalizas (18%) y la   leche y derivados (13%).  Estos ya representan el 55% del gasto y son productos con poca transformación. En un segundo nivel le siguen el pan, el pescado, la pastelería y los platos preparados. Ya más lejos hay un abanico de productos con un gasto inferior a los 35€ persona y año que complementan el coste de la dieta cotidiana.

Valor anual per cápita    (€)
Carne
378,9
Cons.  pescado
39,1
Fruta
160,4
Vinos
33,1
Derivados lácteos
138,6
Fruta y hortalizas T
30,6
Hortalizas
131,5
Aceite
30,3
Carne transformada
115,6
Frutos secos
21,7
Pan
87,6
Pescado congelado
21,0
Pescado fresco
84,0
Chocolates
20,7
Pastelería
67,7
Fruta hortalizas Con
20,6
Platos preparados
64,6
Cafés infusiones
20,4
Leche
68,7
Huevos kg
15,8

Debe disponerse de una logística de punta para aprovechar a ser posible los productos de mayor precio.
Para el sistema de venta de carne y el aprovechamiento de subproductos, el Banco de los Alimentos dispone de muy pocas recepciones de productos cárnicos, si no es en forma de productos transformados, cocinados y precocinados. La recuperación de cabezas y puntas resultado del fileteado de embutidos, es una posibilidad que se está ampliando a diversas industrias.
En el coste de la alimentación, la fruta y las hortalizas representan un capítulo muy importante a tener en cuenta, atendiendo a los problemas de distribución que precisan de una logística adecuada, ya sea desde Mercabarna, como de otros productos recibidos a través de la colaboración en la retirada prevista por la PAC.

El aprovisionamiento de derivados lácticos está creciendo de forma exponencial y también precisan de una logística y red de frío rápida y eficiente. La recepción de productos relacionados con la pastelería industrial se está ampliando pero necesita una recogida y distribución inmediata. En este sector hay muy buenas posibilidades de recuperación de productos congelados, como también de pan, que requiere un pleno funcionamiento de la red de frío y la posible industrialización del proceso in situ. Es un tema que se está estudiando para el futuro.

El consumo alimentario de los pobres es distinto.
La encuesta que utilizamos, realizada por el Ministerio de agricultura (MARM) se realiza sobre una base muy reducida 2.500 encuestados. Es por ello que en lo que respecta a datos según estratos de población se publican sólo a nivel estatal. Pero en grandes líneas los consumidores situados en la base de la pirámide (estatus económico bajo) son los que consumen más fruta y verdura, más pan también y curiosamente más carne, pero, eso sí, la de precio más bajo. Globalmente comen mayor cantidad de producto, necesario para responder a las necesidades de trabajos más duros.
Jordi Peix.