jueves, 18 de octubre de 2012

Las Cooperativas Agrícolas Alimentan el Mundo.



Los Bancos de Alimentos cada año celebran el 16 de octubre el Día Mundial de la alimentación junto con el 17 de octubre Día Mundial por la erradicación de la pobreza, con declaraciones, actos, debates o charlas. Incluso el primer “Gran Recapte” lo hicimos coincidir con estas jornadas tan importantes, que recuerdan la necesidad de resolver los graves problemas del hambre en el mundo.

Este año es una jornada especial. Para el Día Mundial de la alimentación 2012, la FAO, la Organización de las Naciones Unidas por la alimentación y la Agricultura, ha escogido un lema especial: las Cooperativas Alimentan el Mundo. De forma muy acertada la FAO ha valorado la funció principal de las Cooperativas alimentando a las personas. Normalmente, hasta hoy dia la FAO, con razón, denunciaba la gravedad de la situación, haciendo cuentas y dando anualmente cifras terribles. Pero este año se ha centrado en concienciar y hacer comprender a los ciudadanos la gran tarea de las Cooperativas en la agrupación de los agricultores para luchar contra la pobreza, mejorar la seguridad alimentaria y contribuir a erradicar el hambre del mundo.

Hasta hoy planteaba problemas reales, la seguridad alimentaria, los altos precios de las materias primas, las catástrofes climáticas y el de las guerras que llevan al hambre, la desnutrición y la pobreza. Esta vez es innovadora, ya que aporta una solución, antigua para nosotros pero nueva en muchas partes del mundo: la creación de Cooperativas agrarias. Una solución al alcance de cualquier grupo de personas con voluntad de trabajar colectivamente, con estructuras ya existentes, o creando otras nuevas. La FAO reconoce así una antigua realidad de más de 125 años en Catalunya, pero a la vez innovadora y dinámica, para resolver los problemas de las comunidades agrícolas. La misma Federación Catalana de Cooperativas Agrarias, que el cumple 30 años el próximo año y a la que hemos estado siguiendo en su evolución, es la mejor demostración de la renovación constante como organismo al servicio de sus afiliados.

Paliar la pobreza distribuyendo alimentos, y promoviendo el desarrollo.
Como dice el historiador de “el Hambre en el Mundo” Josep Maria Salrach,  hay dos estrategias posibles. La primera es la economía paliativa, la de las ayudas, es la que aplican los Bancos de Alimentos. En esta situación de crisis se trata de ayudar a quienes se encuentran en situación de pobreza coyuntural, a pasar el mal momento, que ya se está alargando demasiado, para estar disponibles en el momento en que la economía se recupere. La segunda es la economía del desarrollo, que es la que aplican las Cooperativas en el mundo rural. La economía paliativa ataca los efectos de la pobreza, la economía del desarrollo quiere combatir sus causas. En Catalunya, las Cooperativas agrarias han demostrado su eficacia, consiguiendo que los agricultores agrupados sean la punta de lanza para la recuperación de las comarcas rurales y de todo el sector agroalimentario. Este  es uno de los que en menor medida padece la crisis e incluso ha demostrado, en el contexto europeo, que es una alternativa real de crecimiento.

Las Cooperativas Agrícolas y los Bancos de Alimentos han creado un nuevo modelo de lucha contra el despilfarro.
Los Bancos de Alimentos y las Cooperativas agrarias hemos demostrado que somos complementarios. Ellas trabajan en origen, en el medio rural, resolviendo sus problemas, el de los agricultores, al principio de la cadena alimentaria. Los Bancos de Alimentos trabajan en destino, cerca de la pobreza. La producción agrícola, por definición va ligada a la climatología, sufriendo los problemas de la estacionalidad, con derrumbes periódicos de precios debido a los excedentes de producción. Juntos y aprovechando las medidas de gestión de crisis que nos procura la Política Agrícola Común, las Cooperativas y los Bancos de Alimentos hemos organizado un sistema de aprovechamiento de excedentes agrícolas, que permite aligerar la caída de los precios, eliminando los excedentes al distribuirlos a entidades benéficas. Actualmente estamos trabajando intensamente en el sector más estacional, el de la fruta y hortalizas, aprovechando las ayudas de la retirada de fruta i hortaliza. Aprovechamos las frutas y hortalizas frescas y cuando los excedentes son más importantes, en el mes de agosto, con los melocotones y nectarinas hacemos zumo. Sea dicho también, con la extraordinaria y valiosa ayuda del Departamento de Agricultura.
 Este año, debemos destacar también que, teniendo en cuenta la importante cantidad de excedentes de aceite de oliva, el “Programa Europeo de Ayuda a los más Necesitados” ha permitido reducir parte de los grandes stocks de aceite de oliva que no encontraban mercado.
Es por todo ello, que este año la Federación de Cooperativas Agrarias de Catalunya y los Bancos de Alimentos de Catalunya, hemos querido celebrar juntos esta fecha, destacando los  elementos que nos unen en la tarea cotidiana de procurar alimentos a los ciudadanos y especialmente a los que tienen hambre.
Y además de complementarios somos vecinos, y estamos seguros de que no es una casualidad. El Banco de los Alimentos, en la calle Motors y la Federación de Cooperativas en la calle Ulldecona, en las afueras de la gran ciudad de Barcelona, donde antes eran marismas y hoy son zonas en remodelación. Estamos fuera, pero intentamos resolver los problemas de la ciudad, alimentando al mundo.

Las Cooperativas  generan crecimiento en su propio territorio.  
Las Cooperativas representan una herramienta básica para introducir un espíritu empresarial nuevo.  La diversidad de nuevas funciones que asumen las Cooperativas hace que sea necesario consolidar una mejor gestión  en su seno pero también, simultáneamente, en el de las explotaciones agrarias. Es por ello que las cooperativas tradicionales
 se integran con voluntad de concentración con otras cooperativas, redimensionando las distintas herramientas de actuación, consiguiendo una dimensión mayor y generando, a la vez, más ocupación en la transformación o acondicionamiento de los productos. Las cooperativas agrarias representan con frecuencia, en el ámbito de un pueblo, una realidad dinamizadora para la introducción de las nuevas tecnologías. La prestación de servicios no sólo en las explotaciones agrarias sino en todo el ámbito rural. La transformación de sus productos los sitúa en un lugar clave para facilitar la aplicación de las innovaciones y superar las limitaciones estructurales de la explotación agraria. El hecho de ser, algunas veces, la única industria del municipio define su rol en el desarrollo de las zonas rurales superando el ámbito estrictamente agrario.

Los Bancos de Alimentos han generado un nuevo modelo de acción.
La pasada semana el Idescat, publicó unas nuevas estadísticas sobre la pobreza, utilizando una metodología europea nueva: AROPE (Riesgo de pobreza o exclusión social) con unos resultados sorprendentes. (Cataluña: 29,5 % España:  26,7 %, Europa:  21,6%)
No se trata ya de pedir dinero para luchar contra la pobreza coyuntural. Ahora se trata de buscar fuentes permanentes de alimentos, como un nuevo instrumento para luchar contra el hambre. Por ello hemos instituido la búsqueda de alimentos “consumibles pero no comercializables”, consolidando el Banco de los Alimentos como especialistas en la búsqueda  de alimentos para los más necesitados. Nos dirigimos a todas partes: a los agricultores, a las industrias, a las plataformas logísticas, a los importadores, a los exportadores, a Mercabarna, a los mercados municipales, a los supermercados y  a la restauración.
Y finalmente cuando no tenemos suficientes alimentos para hacer frente a las necesidades, el Banco de los Alimentos hace un llamamiento a toda la sociedad en la campaña de la Gran Colecta, para complementar lo que falta para poder distribuir una dieta equilibrada.

Finalmente quisiera recordar a todos los presentes, la necesidad de mantener los valores: los valores cooperativos y  los valores sociales.
No hay democracia sin participación libre y  activa de los ciudadanos en la vida pública: La democracia representativa debe estar acompañada de una democracia participativa.
Las cooperativas, así como el Banco de los Alimentos, representan unos vectores insustituibles en la vida colectiva. Contribuyen de forma significativa a su riqueza, tanto la cultural como la económica. Aportan un elemento adicional de dinamismo y  de sentido en la organización de la vida política, de la acción cívica, y también de la vida social, cultural y, especialmente, económica. La responsabilización de cada persona en una tarea colectiva alimenta la capacidad de innovación y  de acción de una sociedad. La defensa de valores es responsabilidad de sus dirigentes: de los Consejos Rectores o de los Patronatos. Todos los empleados han de estar de acuerdo con los valores. Pero ha de quedar claro que quien manda es quien finalmente tiene la responsabilidad. Las cooperativas y los Bancos de Alimentos promueven así los valores, la autonomía y la creatividad de los individuos, la diversidad de sus capacidades, convicciones y motivaciones, reuniéndoles en una contribución común en la vida pública.

El movimiento cooperativo, los Bancos de Alimentos y  las Entidades Benéficas facilitan el acceso a la participación y a la acción pública, contribuyen a la expresión de la diversidad social y, a la vez, a la promoción de la igualdad y a la justicia social. Las cooperativas y los Bancos de Alimentos junto con las Entidades Benéficas abren nuevos territorios de vida pública, de desarrollo cultural, social y económico, de participación cívica y de solidaridad. Son los núcleos de donde surgen las nuevas ideas para la sociedad del futuro, son nuevos exploradores en los diversos sectores de actividad de la sociedad. Permiten a cada uno de ellos salir de los engranajes de los mecanismos de la economía de mercado a fin de practicar, junto a los demás, los medios de realización personal y de armonía con la sociedad. Y es así como juntos hemos creado una Red solidaria de ayuda a los más necesitados.
La existencia de movimientos independientes, fuertes y diversificados aseguran la calidad de la democracia, de la cohesión y de la justicia social, así como la fortaleza económica de la sociedad actual y futura. Como bién dice el Presidente del Banco de los Alimentos de Barcelona, Antoni Sansalvado, todos tenemos la “solidaridad a Flor de piel”.
A todos los que habéis hecho posible esta realidad, los ciudadanos de Catalunya os lo agradeceremos siempre.

      Foto: Los presidentes de cooperativas, con el Consejero de Agricultura.